Minorías los más afectados

Diana Leal

La Raza del Noroeste

Entre el año 2000 y el año 2007, a medida que la población Hispana/Latinoamericana aumentaba en los Estados Unidos, el número de propietarios de casas en este grupo minoritario de población se disparaba. Las cifras subieron en este periodo en un 47% de acuerdo a estadísticas del Censo. La cresta de nuevos propietarios alcanzó su tope en el año 2005, cuando el número de hispanos con préstamos excesivamente costosos y de alto riesgo, conocidos como “subprime” creció en un 169 por ciento de acuerdo al Consejo Federal de Inspección de Instituciones Financieras (The Federal Financial Institutions Examination Council). Los préstamos “subprime” o de alto interés/y alto riesgo fueron diseñados para personas con crédito insuficiente o deficiente, y los Latinos aparecieron como un enorme grupo de población por explotar. Cerca de la mitad de ellos vivía aun en casas alquiladas, con varios trabajadores asalariados que recibían pagos en efectivo, pero sin ninguna historia de crédito o alguna propiedad. El blanco eran todos aquellos quienes por sus bajos ingresos, tuvieran dificultades para calificar y obtener créditos estándar o de bajo interés, y ellos fueron los trabajadores de la construcción, gente que limpiaba casas y oficinas, o personas, que trabajaban en los restaurantes, o cuidando niños. La tarea de muchos agentes de préstamos era convencer a quienes no podían obtener préstamos de que si podían, y aplicar tácticas de presión. Muchos recibieron sus propiedades aun sin pago inicial, o sin siquiera prueba de tener trabajo ; Además de los excesivos intereses algunos de estos préstamos incluían multas, otros permitían pagos mínimos que no alcanzaban a cubrir ni siquiera los intereses, y el valor del préstamo seguía subiendo como si los pagos no se estuvieran realizando; otros préstamos venían con tasas de interés variable pero la gente no se preocupaba, pues de acuerdo a los agentes de ventas, después de un corto tiempo los prestamos se podrían refinanciar. Los agentes hipotecarios o de ventas se convirtieron en una llave importante del desfogue de estos préstamos viciados; ellos recibieron enormes comisiones por conseguir clientes cuyos trámites no envolvían mayores exigencias, ni papeleo. “A todo el mundo convencieron” dijo Arturo Gonzales, director del Programa para comprar Casas del Centro de la Raza, y la asesora del programa, Alexandra Mendez, a La Raza de Noroeste, quienes afirman que el problema empezó desde el comienzo, pues muchas personas no leyeron, ni entendieron lo que estaban firmando. “A la subida de intereses se sumó la caída del empleo y la disminución de las horas de trabajo” lo que ocasionó retraso en los pagos y la posterior ejecución de propiedades por parte de los bancos. Hoy, el 46 por ciento de los créditos morosos (sin pagar) o las propiedades en ejecución o foreclosure en el país corresponde a créditos “subprime”. En el estado de Washington por ejemplo el 36.8 por ciento de los Hispanos obtuvieron créditos “subprime.” De acuerdo a un estudio, el 40 por ciento de los afroamericanos que obtuvieron créditos con intereses excesivos en el estado habían podido calificar para obtener préstamos con bajo interés, y aunque no existen estadísticas de remates por raza o grupo étnico, se sabe que los Latinos y afro Americanos vienen siendo duramente golpeados. “Los latinos se convirtieron en un jugoso mercado para los constructores, agentes de ventas, prestamistas y bancos” dice un informe del Pew Hispanic Center que agrega que muchos de ellos compraron o decidieron refinanciar su casa en el peor momento; cuando la burbuja de la propiedad raíz estaba a punto de explotar; y agrega que en medio del “boom” de los préstamos fáciles asumieron costosos riesgos: “Algunos mintieron en sus aplicaciones de créditos sobre sus ingresos reales empujados por los prestamistas y las compañías de crédito”, dice el reporte. Muchos de los propietarios de vivienda Hispanos que enfrentan ejecución o “foreclosure” fueron engañados o de alguna manera fueron víctimas de prácticas crediticias inescrupulosas.