Obama: “Llegó la hora”

AP

Tras afirmar que “llegó la hora” de corregir las deficiencias en las leyes de inmigración, el presidente Barack Obama presentó el martes una excepcional muestra de bipartidismo entre la Casa Blanca y legisladores del Senado sobre los planes para poner a millones de inmigrantes no autorizados en la senda de la ciudadanía, castigar a empresas que contraten a personas que no tengan permiso para estar en el país y reforzar la seguridad en las fronteras.

Pero las propuestas tanto de la Casa Blanca como del Senado para resolver un tema complejo y muy controversial carecen aún de los detalles principales.

Y de antemano emergen obstáculos potenciales sobre cómo estructurar el camino a la ciudadanía y si un proyecto incluiría a parejas del mismo sexo. Todo ello representaría un escollo incluso antes de que una medida del Senado pueda ser debatida, aprobada y enviada a la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos donde es probable que la oposición sea mayor.

Obama, en el corazón de un suroeste muy hispano, dijo que el Congreso muestra “un deseo genuino de resolver esto pronto”. Pero, consciente de que los esfuerzos previos sobre inmigración han fracasado, Obama advirtió que el debate sería más difícil mientras más se acerca a una conclusión.

“La pregunta ahora es simple”, dijo Obama durante un acto que parecía de índole proselitista en Las Vegas, una semana después de haber juramentado para un segundo periodo en la Casa Blanca. “¿Tenemos la determinación como personas, como país, como gobierno para finalmente dejar este tema atrás? Yo creo que sí”.

Pese a la llegada de posibles obstáculos, el extenso acuerdo entre la Casa Blanca y los legisladores bipartidistas en el Senado representa un cambio drástico en la disposición de Washington para abordar la inmigración, un tema que ha sido olvidado por años. Gran parte de ese cambio tiene motivaciones políticas, debido a la creciente influencia de hispanos en las elecciones, incluso las presidenciales, y ante su firme apoyo a Obama en noviembre.

Los resultados electorales hicieron que los legisladores republicanos, quienes se habían opuesto previamente a una reforma migratoria, se vieran obligados a reconsiderar su posición con el fin de restaurar la reputación del partido entre los hispanos, una fuerza política cada vez más poderosa.

Las propuestas separadas de la Casa Blanca y el Senado se enfocan en los mismos principios: Ofrecer una manera de que la mayoría de los cerca de 11 millones de personas de antemano en Estados Unidos sin autorización legal se conviertan en ciudadanos estadounidenses; reforzar la seguridad en las fronteras; aplicar mano dura contra empleados que contraten a inmigrantes no autorizados, y reestructurar el sistema de inmigración legal.