Diana Hefley,

Escritor del Herald

EVERETT – Jacoba Ramírez-Rodríguez había encontrado el coraje para alejarse.

Soportó las bofetadas y puñetazos durante años. Ella creía que su marido iba a cambiar. Luego, en mayo de 2013, pidió la ayuda de un tribunal para mantener a Oscar García-Pacheco lejos de ella. Ella le estaba divorciando y tenía miedo.

García-Pacheco apuñaló a su esposa 19 veces en una acera de Monroe mientras intentaba entregarle un documento de la corte que ordenando que se mantenga alejado.

“A menudo se dice que el momento más peligroso para una víctima de violencia doméstica es cuando la víctima intenta separar”, dijo el lunes el juez de la Corte Superior del Condado de Snohomish Ellen Fair.

En este caso, resultó ser trágicamente cierto, dijo el juez.

El lunes, Fair sentencio a García-Pacheco a 22 años de prisión. Ella dijo que las acciones del acusado fueron “inexplicables, abominables y atroces.”

“Estoy muy apenada por la pérdida y el sufrimiento que esta familia ha sufrido”, dijo Fair.

García-Pacheco, de 33 años, dijo el lunes que no puede explicar lo que pasó.

“Lamento mucho lo que hice y pido perdón por todo el dolor que he causado”, dijo a través de un intérprete de español.

El hombre de Monroe se declaró culpable en julio de asesinato en primer grado de violencia doméstica con un arma mortal. Se enfrentaba hasta 28 años tras las rejas.

No se cree que el sentenciado esta en los EE.UU. legalmente y podría ser deportado después de que salga de la cárcel.