Reprueba el PRI política anticrimen

Agencia Reforma

A menos de un mes de que concluya el sexenio, la bancada del PRI en el Senado aseguró que la estrategia del Presidente Felipe Calderón para combatir al crimen organizado y al narcotráfico ha sido fallida.

A nombre de la bancada, el senador Patricio Martínez denunció que las acciones de las dependencias encargadas de la seguridad pública están fragmentadas, lo que ha impedido restablecer el orden y la paz pública.

“Tenemos una estrategia gubernamental fallida en contra del crimen organizado y los narcotraficantes. Peor aún vivimos diariamente múltiples actos de violencia, cientos de asesinatos e incontables enfrentamientos de las fuerzas de orden con los delincuentes”, sostuvo.

Apenas ayer, Calderón defendió su estrategia de seguridad ante el Senado de la República.

En las respuestas a las preguntas parlamentarias que le fueron enviadas con motivo de su Sexto Informe de Gobierno, el Mandatario aseveró que su estrategia es correcta, que ni los ejecutados ni la violencia son responsabilidad de su Gobierno y que la falta de avances en el combate al crimen es corresponsabilidad de los estados.

Este miércoles, la bancada del PRI respondió con un escrito en el que aseguran que los resultados son pobres en relación a la cantidad de recursos públicos que se han destinado al combate a la delincuencia.

Martínez recordó que durante los últimos cinco años, el presupuesto destinado a las Secretarías de la Defensa Nacional, Marina y Seguridad Pública se duplicó al pasar de 56 mil 816 millones de pesos a 115 mil 827 millones de pesos. “Las tres dependencias tienen, en conjunto, un presupuesto superior en 36 por ciento al que se destina a Desarrollo Social y representa poco menos de la mitad del presupuesto aprobado para Educación Pública”, dijo.

De acuerdo con el PRI, la intervención policial y militar, como eje de la política de seguridad pública, ha trastocado las atribuciones de los estados y municipios, además de exacerbar el clima de inseguridad en varias regiones del País. “Se han violentado los derechos humanos de las personas y se ha generado una disputa por el control político y un creciente demanda de recursos públicos”, sostuvo.

“Los datos oficiales muestran que, a pesar de los recursos asignados, el índice de delincuencia no ha descendido”.

Martínez afirmó que la violencia atribuida al narcotráfico ha dejado miles de desaparecidos y cifras de ejecutados que van de los 60 mil hasta los 80 mil muertos, de acuerdo con organizaciones civiles, número que dista de los 47 mil muertos reportados por el Gobierno federal.

Niega Calderón

tener culpa

por ejecutados

A pregunta expresa de la bancada del PRI, Calderón aseguró que su estrategia “es correcta”.

“El deceso de ciudadanos no relacionados con el crimen organizado no es producto de las acciones destinadas a contener y debilitar a las organizaciones criminales. Los homicidios en el País, todos ellos lamentables, en especial los de personas inocentes, son causados por la acción de la delincuencia y la criminalidad”, aseveró.

El Presidente no sólo defendió sus decisiones, sino que sostuvo que las acciones puestas en marcha han tenido un carácter integral.

“La estrategia es correcta en tanto que está orientada a combatir a esa criminalidad que es la causa de la muerte de muchas personas, en particular inocentes”, afirma Calderón.

“Y es correcta también en tanto que se trata de una estrategia integral, es decir, no está avocada única ni principalmente a hacerle frente a los criminales, sino que busca la reconstrucción del tejido social, a través de oportunidades de educación, salud, esparcimiento y prevención de adicciones”.

Calderón considera que “han sido excepcionales” los casos en los que han fallecido “personas ajenas” a los enfrentamientos entre fuerzas de orden y delincuentes.

“Resulta fundamental aclarar que la violencia que ha afectado a los mexicanos no es provocada por las acciones del Gobierno federal y las fuerzas armadas, las cuales están destinadas a contener y debilitar las organizaciones criminales.