Todos Somos Uno

Por Sandra Maqueda

La historia se repite, una y otra vez, la historia se vuelve a repetir y vamos siguiendo un patrón de conducta. Esta semana me encontré con una joven madre quien me acompañaba mientras me hacían unas trenzas en la sala de belleza de mi amiga Mariana, esta chica a quien llamaremos Lola, y quien muy francamente se abrió para compartir un episodio muy personal de su vida y algo que ya antes había pasado antes en mi vida también.

Esta mujer me comentaba lo complicado que es educar a los hijos y todas las experiencias que especialmente con los adolescentes toca vivir. Me comentaba que su hija, la más grande de 17 años, había salido una de estas noches a una fiesta de XVañera en un Centro Comunitario cercano a su casa. Al pasar la coche y notar que ya eran más de las 11:30 y de acuerdo a la hora en que típicamente terminan las fiestas en el Centro Comunitario, que es las 12:00AM, ya había algo extraño. De repente llego el grupo de chicas que acompañaban a su hija y quienes ya habían acordado que pasarían la noche en su casa. Pero algo sospechoso en su conducta le llamo la atención a la madre, quien ya había vivido antes, esta escena también, cuando fue joven. Con la mirada hacia el suelo y de manera presurosa entraron todas con risa nerviosa y fueron directamente a la recamara de Liz la hija de Lola.

Al ya estar en casa a salvo Liz y sus, Lola decidió ir a dormir nuevamente pero el ruido de las risas incontroladas del grupo no dejaba conciliar el sueño a Lola. Así que decidió ir a pedirle a Liz que se comportaran y se durmieran. La sorpresa de Lola fue que, al entrar a la recamara, Liz estaba tirada en el suelo riéndose de manera desenfrenada y con la cara desencajada. “La tome del brazo y la saque de su cuarto para no gritarle frente a sus amigas” me dijo Lola. “Y le dije, óyeme que te pasa, ¿porque estas actuando así, que tienes? Lola sospechaba que su hija estaba drogada y trataba desesperadamente de obtener una explicación como cualquiera de nosotros haría. Lo primero que esta mujer quien ya para ese momento había revivido el momento y me contaba la situación con una intensidad que parecía que estaba otra vez justo allí en ese mismo instante, quería saber es donde había estado su hija. Cuando Liz de forma altanera y en forma burlona le contesto “¿Qué piensas que estoy drogada?… ¡Sí! le dijo su madre, y quiero que me soples en este momento. Liz se reúso varias veces ¿porque haría eso?.

Su aliento a alcohol la delato de inmediato y Liz termino confesando que un amigo les había dado de beber en la fiesta de XV años a la que habían asistido. Y claro, que Lola no podía pasar por alto que Ella había pasado por este mismo episodio en su juventud y descubrió que se estaba repitiendo la misma historia.

La cosa hasta aquí no iba del todo mal, hasta que la hermana menor le dijo a su Mamá, que había algo muy importante que tenía que mostrarle pero que debía prometerle, que no le diría nada a Liz, a lo que Lola asintió con la cabeza. Gran sorpresa… El Snapchat reveló cada instante en el night club donde, Liz había estado la noche anterior con sus amigos. Videos y fotos con bebidas alcohólicas no dejaban duda de lo que realmente había sucedido. Bendita tecnología dijo Lola. La moraleja, actualizarse con la tecnología para mantener una buena comunicación y relación con nuestros jóvenes. La confianza no debe perderse. Y recuerda que hoy tu puedes ser el papá que siempre quisiste tener. Todos Somos Uno.

Sandra Maqueda conduce “Despertando con el Rey” de lunes a Viernes de 6-10 AM en KKMO 1360 AM. Facebook: Sandra Maqueda o en su Blog: www.sandramaqueda.com