Tremores, temblores, movidas

Sophia Vackimes, Oficina de Gestión de Emergencias, Ciudad de Bellevue

Pareciera que últimamente han incrementado los terremotos. Esta mañana, de camino al trabajo, noté que tenía un aviso en mi teléfono celular que no había visto. Abrí la aplicación y me enteré de que había sucedido un terremoto en el área de Seattle en la madrugada. Cuando me fijé en la intensidad del evento, no me impresionó mucho. Bueno, casi nada, porque la intensidad registrada era solamente de 4.6 grados en la escala de Richter. Pero no le pareció igual a muchas otras personas en el área quienes se despertaron con el tremor y quienes horas después no olvidan la experiencia. Es casi claro que el saber que ocurrieron varios cerca de la Ciudad de Los Ángeles la semana anterior incrementó la preocupación entre muchas personas de nuestra área. Las noticias informan y también transforman como es que recibimos y procesamos información y lamentablemente también influencian como interpretamos estas experiencias.

Un terremoto de 4.6 grados no es un asunto ligero, pero en cuanto a los efectos que pudiera causar, estos varían dependiendo de dónde suceden. Esto es, que tan cerca de la superficie del planeta es donde se inicia el movimiento terrestre que los genera. El terremoto del 12 de julio, sucedió cerca del Lago Sammamish y no causó desperfectos en infraestructura ni afectó a la población. Sin embargo, a lo largo del día tuvo ligeras reverberaciones sociales que nos indican que debemos de mantenernos informados y alertas en todo momento puesto que esta región es propensa a este tipo de evento. Muchas personas a mi alrededor comentaron el haberlo sentido, y otras no. Pero a la vez recibimos llamadas telefónicas y correos electrónicos de personas interesadas en saber que es lo que se debe hacer en caso de un terremoto. El asunto es que este tipo de preguntas nunca suceden antes de un evento, siempre después.

Por todo el Estado de Washington se dan clases de preparativos de emergencia. Las oficinas de policía, bomberos, y oficinas de gestión de emergencia como la mía trabajan a diario tratando de tener contacto con el público. No solamente las anunciamos, como lo hace mi oficina en sitios como bibliotecas públicas, escuelas, y otros espacios públicos, sino que también las anunciamos en nuestras páginas de internet. Por ejemplo, yo anuncio las mías en la plataforma eventbrite.com. Ahí anuncio los eventos que mensualmente proporciona mi ciudad. Si usted está interesado-a en conseguir información llame a su oficina de gestión de emergencias local y (si no habla inglés) pida que le comuniquen con alguien que hable español) y solicite el servicio. La traducción es parte de su servicio local y un requisito legal para esas agencias. Organice a su iglesia, vecinos y amigos a participar en estos eventos. Si ve uno anunciado en una biblioteca u otro sitio público pida, con algunos días de anticipación, que les proporciones traducción. Es su derecho. Otra opción es visitar: www.ready.gov-es y leer las recomendaciones que se hallan ahí con respecto a diferentes desastres. Y recuerde, no espere a que pase algo para tratar de conseguir información. Esto lo debe hacer con anticipación. Si no, pudiera ser demasiado tarde.