Ayúdale a entender

Diana Lucía Álvarez

Agencia Reforma

Hace poco mi hija mayor pasó por una situación difícil que le generó estrés y tristeza. Una noche, mientras la abrazaba, hablábamos de cómo se sentía. Me di cuenta que mi hija menor, de 7 años, nos observaba escondida en la puerta. Su mirada también era triste.

De pronto, la pequeña corrió a abrazarme y trató de colocarse entre su hermana y yo. No se lo permití.

-Mi amor, estoy hablando con tu hermana- le dije con firmeza, pero en un tono suave. -Ve y espérame en tu habitación.

Cuando terminamos, fui con la pequeña. Estaba acostada en su cama, acurrucada. En cuanto me vio se tapó la cara con la sábana.

-Sé que estás enojada- le dije y me acerqué lentamente a ella. Debemos hablar porque te voy a explicar algo muy importante.

-¡No quiero!

-Tu hermana tiene un problema y está muy triste. Nos necesita y tenemos que estar con ella. Me imagino que cuando ves que la abrazo sientes que no te quiero, que la prefiero a ella.

Sentí cómo su cuerpo se tensó.

-No es así. Las amo a las dos y nunca podré dejar a una por la otra. Mi amor por cada una es especial, único -le dije lentamente-. Pero hoy ella tiene un problema y nos necesita. A papá, a ti, a mí. Somos una familia y debemos apoyarnos.

Por fin destapó su cara y me miró. Sonrió. Me abrazó fuertemente.

-Gracias, mami, por explicarme. Yo sí sentí que me querías menos y me daba mucha tristeza.

-Nunca, por ningún motivo, pienses que no te quiero. ¿De acuerdo?

-Sí. ¿Sabes? a mí me gusta entender todo.

Sentí un nudo en la garganta y una inmensa alegría. Nunca me esperé que fuera tan clara al decir lo que necesitaba.

– .Ahora sé que tenemos que ayudar a mi hermana.

-Sí. Y debes estar segura que cuando estés triste, estaremos contigo. Te vamos a abrazar y a cuidar. Entonces le tocará a tu hermana comprender que eso no significa que la amemos menos.

-¡Dile que la amo todo! Mañana le daré mil besos de amor y se sentirá mejor.

Las rivalidades entre hermanos son frecuentes. Provocan conflictos y, si no se manejan adecuadamente, generan frustración, dolor y miedo en los niños. También son fuente de angustia para nosotros como padres.

Con mi pequeña aprendí que es esencial para un niño comprender qué está pasando. Debemos explicarle claramente cuando alguien cercano pasa por una situación delicada.

Enseñarle a ser empático. Que se sienta seguro del amor que le tenemos y permitirle que contribuya para solucionar el problema.

Ellos saben lo que necesitan. Nosotros debemos aprender a entenderlo.

Comentarios: diana.alvarez@reforma.com