Huesos fuertes desde la infancia

Israel Rivera

Agencia Reforma

Esto se debe a que al final de la adolescencia un individuo adquiere cerca de 90 por ciento de su masa ósea definitiva, explica Hamilton Cassinelli, coordinador científico del Programa de Salud Ósea en Pediatría en América Latina de la International Osteoporosis Foundation (IOF).

Por ello es necesario que desde la vida intrauterina se le garanticen las mejores condiciones de salud y nutrición a una persona para que pueda desarrollar un esqueleto fuerte. Se ha demostrado que el incremento de 10 por ciento en el pico de masa ósea al terminar la adolescencia reduce en 50 por ciento el riesgo de fracturas por osteoporosis en la edad adulta, informa el endocrinólogo pediatra.

“La osteoporosis, catalogada como una enfermedad geriátrica, debe ser vista con mucho interés también por los pediatras, porque la prevención debe comenzar desde la infancia, para así lograr una adecuada optimización del contenido mineral del hueso”, dice Cassinelli.

El pico de masa ósea es la cantidad máxima de tejido óseo constituido que se logra alcanzar al final del proceso de maduración esquelética; es aproximadamente a los 25 años cuando se completa el proceso de crecimiento de los huesos.

A menor pico de masa ósea mayor riesgo de fracturas por osteoporosis, de ahí la importancia de fortalecer el esqueleto durante este periodo, señala Patricia Clark, jefa de la Unidad de Investigación en Epidemiología Clínica del Hospital Infantil de México Federico Gómez.

“Es como echarle dinero a una alcancía, entre más masa ósea se tenga más fuerte será el esqueleto”, señala la reumatóloga. Los factores genéticos son importantes a la hora de determinar si un individuo presenta un riesgo elevado de osteoporosis (entre 80 y 90 por ciento de nuestra masa ósea está determinada genéticamente), pero los factores relacionados con el estilo de vida también influyen.

Durante la infancia y la adolescencia se vuelven relevantes la nutrición y la actividad física, sobre todo los ejercicios de impacto, los cuales implican saltos y movimientos con nuestro propio peso, como futbol, tenis, basquetbol, atletismo y karate.

Déficit de calcio

y vitamina D

De acuerdo con un estudio realizado por la Unidad de Investigación en Epidemiología Clínica del Hospital Infantil de México Federico Gómez y la Facultad de Medicina de la UNAM, los niños mexicanos entre 6 y 12 años consumen poco calcio.

Clark menciona que en promedio la ingesta diaria de calcio de las niñas es de 466.6 miligramos y de los niños es de 572.9 miligramos, lo que equivale a menos de dos vasos de leche al día, cuando la OMS recomienda un consumo diario de 700 miligramos en niños entre 7 y 9 años y de mil 300 en chicos entre 10 y 18 años.

También se encontró que 30 por ciento de los niños en edad escolar tienen deficiencia o insuficiencia de vitamina D, sustancia indispensable para la absorción de calcio y el crecimiento de los huesos; La deficiencia de vitamina D produce retardo en el crecimiento, deformidad ósea, osteopenia, osteoporosis y debilidad muscular, por lo que se recomienda una exposición diaria a los rayos solares de 30 minutos en promedio antes del mediodía.

Información:

www.iofbonehealth.org

www.ayudaatushuesos.com