Georgina Montalvo

Agencia Reforma

Echar mano de abrigos y bufandas en esta época puede ser suficiente para que no tiembles de frío, pero no para evitar que tu piel padezca los estragos causados por las bajas temperaturas.

Si has sentido una leve comezón en alguna parte de tu cuerpo sin que haya indicio del piquete de un insecto, es posible que la lubricación de tu piel se haya agotado.

Eso no significa que empezarás a rechinar, pero sí no haces nada al respecto, el deseo de rascarte será incontrolable y lo harás con tal desespero que te provocarás lesiones por las que algunas bacterias podrían entrar a tu organismo.

“Rascarse y padecer várices, diabetes, obesidad o mala circulación, pone en riesgo de producir alguna úlcera difícil de cicatrizar”, dice Minerva Gómez, de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD).

Para prevenir tal escenario, la dermatóloga enumera algunas recomendaciones que especialmente deben aplicarse con niños y adultos mayores porque la piel de ambos es delgada, la de los pequeños porque no ha terminado de fortalecer todas sus estructuras y la de los ancianos, por la exposición prolongada a agentes externos que la dañan.

Sin embargo, si estas medidas no funcionan, será necesario acudir con un dermatólogo.

Solución

-Mantente hidratado con agua simple

-Consume cítricos de manera regular

-Evita bañarte con agua muy caliente porque el calor elimina la lubricación de la piel

-Cuando te bañes, no talles tu piel, sólo usa la mano o una esponja suave para enjabonarte

-Después del baño, aún con la piel húmeda, aplica crema hidratante

-Realiza una o dos veces al día la humectación de todo tu cuerpo