Lorena Jiménez

Agencia Reforma

GUADALAJARA, Jalisco 21-Abr .- Los narcocorridos son indicativos de la violencia que impacta en los niños debido a que las letras de las canciones hacen ver como héroes a personas que realizan actos de maldad, pero la promoción de éstos, tal como la educación y los valores radica principalmente en los padres.

“Lo que elijan los padres es lo que generalmente van a elegir los niños, eso es lo principal, como pasa con los valores y la educación cuando eres pequeño.

Si los padres escuchan narcocorridos los niños escucharán lo mismo por lo menos hasta que son mayores y deciden por sí mismos, aunque generalmente los gustos musicales suelen heredarse”, explica Laura Oliveros Chávez, vicepresidenta del Colegio de Profesionales de la Psicología del Estado de Jalisco AC.

“Los papás les festejan a los niños muchas veces por cómo cantan, pero hay que ubicar realmente si el niño se ve emocionado a la hora de cantar o canta por cantar o porque sabe que sus papás le van a festejar eso, a veces sólo lo hacen por eso y no pasa nada, pero hay qué estar muy pendientes”.

Muchas veces las reseñas de vida delictiva que llevan los personajes épicos y “triunfadores” al margen de la ley, según éste tipo de canciones, podrían afectar más a aquellos menores que se encuentran en determinado contexto o si bien esas historias se han convertido para ellos en una expectativa de vida.

“Que llegue ser malo o no el que escuchen esa música pues claro que tiene que ver con el contexto, si todo lo que está a su alrededor no propicia a que se vea envuelto en ese tipo de ambiente que describen los narcocorridos puede que no pase a mayor problema, hablando ya de niños de unos 10 años en adelante, que ya tienen más conciencia, distinguen entre lo bueno y lo malo y ya tienen idea de lo que se habla.

“Puede que no lo crean, pero la música tiene mucho qué ver con el comportamiento de los niños y más aún con los adolescentes.

Por ejemplo, las adolescentes que escuchan canciones de Jenni Rivera o de otro artista de cualquier otro género que interpreta temas tristes de desamor y despecho, lógicamente ellas se van a sentir como tristes o como deprimidas y melancólicas, influye en su estado de ánimo, eso pasa hasta en los adultos”, añade la especialista.

Las nuevas generaciones podrían estar en peligro de anhelar expectativas de vida erróneas si además de vivir en contextos propicios para que esto pase, los padres no fijan su atención en ellos y lo que es correcto de acuerdo a la edad de sus hijos.