Lorena Jiménez

Agencia Reforma

Aunque el año pasado negó tener problemas con el alcohol, lo cierto es que Alejandro Fernández evidenció, otra vez, su gusto por las bebidas embriagantes, y esta vez, no le quedó más que disculparse.

“Alguna vez escuchó que equivocarse es un defecto de todos, pero pedir disculpas una virtud de pocos. Me duele que esto haya pasado, aunque estoy seguro, que me llevará por el camino de ser mejor persona”, fue lo que posteó el hijo de Chente después de que ayer una publicación nacional sacara a la luz un artículo acerca del zafarrancho que provocó en un avión, al grado de inquietar a los pasajeros y todo, por su comportamiento en presunto estado de ebriedad.

Según la revista, Fernández abordó en estado inconveniente un avión de Aeroméxico e intimidó a los viajeros.