Van de pareja de cine al altar

Nora Alicia Estrada

Agencia Reforma

LOS ÁNGELES, California 8-Ene .- A ella le temblaban las piernas por la intensa atracción que sentía por su coprotagonista, a él le daba miedo dejarse llevar por el amor.

Aislinn Derbez y Mauricio Ochmann optaron durante semanas crear barreras y callar el sentimiento que crecía entre ellos por profesionalismo, pero sobre todo, para evitar lastimarse.

Pero finalmente cupido atrapó a los actores mexicanos durante el rodaje de la cinta A la Mala, sólo que fue hasta las últimas escenas que el nerviosismo los empezó a delatar un poco, pero ni así ninguno de los dos confesó lo que sentía, eso lo dejaron para después.

“La realidad superó la ficción”, expresa Aislinn.

“La diferencia entre los besos de película y los reales”, dice Mauricio, “es que a estos últimos les pones toda el alma, todo el corazón”.

Aislinn lo interrumpe para agregar de manera pícara: “en los reales ¡volamos!”.

Actualmente la pareja vive su amor en una ciudad alejada del bullicio, en Marina del Rey, donde sacan a pasear a los perros, corren a la orilla de la playa y les gusta apreciar los atardeceres juntos, incluso ya han hablado de boda.

“Sí me gustaría casarme con él. Lo que pasa es que tenemos como un proyecto de vida muy similar y coincidimos con muchas cosas y tenemos las mismas prioridades (…) no es el éxito profesional, sino la estabilidad personal”, cuenta Aislinn.

“Si todo sigue en pie”, agrega Ochmann abrazando a su pareja, “claro que nos encantaría formalizar, y, ¿por qué no?, que la familia crezca, porque soy súper niñero”.

Ella ventila que Ochmann quiere cinco hijos: dos tandas de gemelos y uno más.

“Como él no los va a tener…”, reprocha Aislinn, obteniendo una caricia de Mauricio.