Aumenta la incertidumbre

Cindy Arriola

La Raza del Noroeste

Abandonó su casa, su familia y su trabajo. Se dirigió hacia Estados Unidos buscando una libertad que se le negaba en su país. Desde hace cinco años, Luis Castillo, un asilado político, rehizo su vida en Washington.

“Yo estaba entre la lista de personas no deseadas por el gobierno [de Chávez]”, dijo Castillo. Él pertenecía a un grupo político llamado Primero Justicia, fue así como el gobierno del presidente Hugo Chávez tuvo conocimiento de él, y las amenazas de muerte no se hicieron esperar.

La historia de Castillo no es la única entre los exiliados venezolanos que viven en Estados Unidos y quienes esperaban que Chávez fuese removido del poder.

“Yo me alegro”, dijo Castillo, refiriéndose a la muerte de Chávez. “Uno no debe alegrarse de la muerte…pero [Chávez] me separó de mi mamá, de mi papá, y de mis hermanos”.

La muerte de Chávez fue anunciada el martes a las 4:25 p.m., hora de Venezuela por el vicepresidente Nicolás Maduro. El fallecimiento del líder del socialismos en Venezuela no fue una sorpresa para el mundo, todos sabían que luchaba contra un cáncer tan severo que no le permitió juramentar para continuar su mandato el 10 de enero.

Según datos del Departamento de Seguridad Nacional en el 2011 fueron aprobados 205 solicitudes de asilo a venezolanos quienes estaban en el procedimiento de deportación. Y fueron aprobadas 902 solicitudes afirmativas en ese mismo año. Las solicitudes afirmativas son aquellas otorgadas a personas que no están en el procedimiento de deportación.

Jorge Barón, director ejecutivo con el Proyecto para los Derechos de los Inmigrantes, dijo que las personas que hayan ganado un caso por asilo político corren un riesgo de perderlo, si viajan a Venezuela.

“El gobierno podría argumentar que estas personas no necesitan el asilo porque ya no tienen miedo de viajar a su país. Ellos deben de tener mucho cuidado”, dijo Barón.

Pero la muerte de Chávez no significa la muerte al socialismo que se vive en el país, al menos no por ahora dijo el profesor Eric Hershberg, quien es director del Centro de Latino America y Estudios Latinos de la Universidad Americana en Washington D.C.

“Para nada [ha muerto el socialismo]. Chávez murió, un personaje clave en el socialismo…Chávez creó el movimiento, pero no fue solo Chávez”, dijo Hershberg. “Yo espero que Venezuela siga en el camino que ha estado por ahora”.

Aun quedan muchas personas en Venezuela que son simpatizantes del movimiento chavista y que llegarían a tener influencia en las elecciones, agregó Hershberg.

A Oscar Flores, formar parte del partido político Renovación en Venezuela, lo obligó a salir del país hace 12 años y empezar una nueva vida en Everett. Y a pesar de estar en contra del chavismo, él estuvo organizando al personal votante, en las elecciones recientes de Venezuela, reconoce que hay cosas con las que estuvo de acuerdo con la política de Chávez.

“En el sistema educativo, hubo más inversiones. Pero él [Chávez] daba algo y quitaba algo”.

Castillo también considera que el sistema político de Chávez incluía a la clase más pobre la cual ha estado marginada por muchos años; “tocó el corazón de las personas que no habían sido incorporadas”. Pero agregó: “si yo pregono [la igualdad] tengo que vivir así. Los militares y la gente de Chávez viven donde los ricos”.

Entre lo que más extraña de su Venezuela esta su familia “el clima tan rico, las comidas, ese calor humano”, expresó Castillo.

El país enfrenta “dos encrucijadas: la primera, la del chavismo que es resolver internamente cómo quedan ubicados (el vicepresidente) Nicolás Maduro y Diosdado Cabello (presidente de la Asamblea Nacional) y la segunda, la calidad de las elecciones”, dijo en entrevista a The Associated Press Mariana Bacalao, profesora de opinión pública de la Universidad Central de Venezuela.

Tras la muerte de Chávez, el gobierno anunció que convocaría elecciones dentro de los próximos 30 días y que el candidato del oficialismo sería Maduro, pero no ha dado ni una fecha exacta ni explicaciones de por qué Cabello, como presidente de la Asamblea, no asumió el cargo, tal como lo establece la constitución.