Jorge Rivera

LR

Dos historias que publicamos la semana pasada se cruzan ahora, para dificultar el camino hacia el éxito de una reforma migratoria. Por una parte todos leímos y celebramos las noticias que muestran al gobierno del Presidente Obama abierto a un política más justa en inmigración. Por otra, sin embargo, nuestra historia de primera plana mostró cómo es de profundo el problema del desempleo, particularmente entre los hispanos. Pues bien, tristemente, el desempleo generalizado que afecta a los Estados Unidos, puede convertirse en el peor enemigo de una reforma migratoria justa y detallada. La semana pasada se comenzaron a escuchar la voces de comentaristas y políticos anti inmigrantes, atacando el argumento de que el país necesita la mano de obra del trabajador inmigrante. Un ejemplo local en el Noroeste es el comentarista John Carlson, de la radio KOMO 1000; Carlson, ex-candidato Republicano a la gobernación del estado, no perdió oportunidad para atacar al trabajador sin documentos. En uno de sus comentarios diarios en la radio, Carlson mencionó el caso de la redada en Bellingham y noto cómo, todas las posiciones que quedaron vacantes cuando se arrestaron más de 20 empleados, fueron llenadas rápidamente por desempleado con documentos. El desempleo en este país se ha doblado, y ahora los nuestros no solo deben combatirlo, sino combatir los ataques de quienes aprovecharán para argumentar que ya no son necesarios los inmigrantes. Triste error: El desempleo es un peligro, pero tambien es una oportunidad; aumenta la competencia, balancea los salarios, y al final, permite que las compañías puedan crecer en utilidades. Ojalá se dieran cuenta.