Incautan 2 toneladas de cocaína

(AP)

Dos operaciones aeronavales separadas dieron con la incautación de algo más de dos toneladas de cocaína en sectores costeros del Caribe panameño, aunque sin registrarse detenciones.

El Servicio Nacional Aeronaval (SENAN) informó el martes que la víspera se incautó 950 kilos de cocaína en la comunidad costera de Belén, en la norteña provincia de Colón, en el que fue el primer decomiso de drogas del año.

La droga estaba empacada en 38 bultos dentro de una cueva en las riberas del Río Belén, donde se encontraron cerca una lancha encallada con tanques de combustible utilizada presuntamente por los narcotraficantes.

“El hallazgo se dio luego que se reportara la presencia de una embarcación que se mantenía en el área en acción sospechosa”, dijo el director de operaciones del SENAN, Ramón Nonato López.

Mientras que el martes, se incautó otro cargamento de algo más de una tonelada en un sector de la costa norte de la provincia de Bocas del Toro, un archipiélago sobre el Caribe.

Las autoridades aeronavales se trasladaron a la zona después de que en la madrugada del martes un avión de patrullaje marítimo informase de la presencia de una lancha con tres ocupantes y que transportaba los bultos con la droga. Los sujetos lograron escapar.

En la lancha se encontraron tanques de combustible y teléfonos satelitales, informó el SENAN.

Panamá, que tradicionalmente ha sido utilizado como puente para el tráfico de drogas desde Sudamérica hacia Norteamérica y Europa, se incautó de 34,9 toneladas de drogas, mayormente cocaína, en 2012. Un año antes se habían decomisado 43,7 toneladas.

Es el país que más drogas ilícitas incauta en el mundo después de Estados Unidos y Colombia, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por su siglas en inglés).

El ministro de Seguridad Pública, José Raúl Mulino, aseguró recientemente que los decomisos disminuyeron debido a la intensificación de los patrullajes aéreos, marítimos y terrestres. A las autoridades les preocupa, sin embargo, la vulnerabilidad en que se encuentran comunidades costeras remotas ante el accionar de los narcotraficantes.