Ni se pudo despedir

Maria Elena Salinas

Marisela Vallejos llegó a Nicaragua procedente de Miami el 28 de enero en el vuelo 969 de American Airlines. Fue el peor viaje de su vida. No había palabras de consuelo que pudieran aliviar la pena que sentía después de que la arrancaran de sus niños. Ese miércoles por la tarde Vallejos se convirtió en otra víctima de nuestro resquebrajado sistema migratorio. Se convirtió en uno más de los miles de inmigrantes que son deportados tras permanecer ilegalmente en Estados Unidos mientras que se quedan sus hijos nacidos en este país. Sus hijos, Cecia de 12 y Ronald de 7 se habían declarado en huelga de hambre para tratar de evitar su deportación. Durante 48 horas estuvieron en vigilia permanente frente al centro de detención de inmigración en Pompano Beach, donde su madre estaba detenida desde mediados de diciembre pendiente de una apelación. Pero fue inútil. Ni su sacrificio, ni los esfuerzos de políticos locales al interceder en su caso, fueron suficientes para detener la deportación. Me pregunto si este es el tipo casos que el presidente Barack Obama tuvo en cuenta cuando respondió a mi pregunta de si consideraría una moratoria en las redadas de inmigración. ?Bueno, una de las cosas que hará Janet Napolitano es revisar lo que hemos hecho. Qué ha tenido éxito y qué no ha tenido éxito,? respondió. ?Quiero estar seguro que operamos de una manera que es coherente con nuestros valores, que es humano.? La nueva jefa de inmigración dijo a periodistas y a funcionarios de la agencia de Cumplimiento de Leyes Aduanales que su objetivo es que cuando un prisionero extranjero que ha estado ilegalmente en el país, cumpla su sentencia, se pueda deportar inmediatamente. Dijo que también estaría persiguiendo a criminales fugitivos que están en el país ilegalmente. La pregunta es si personas como Vallejos y su esposo cuyo supuesto ?crimen? fue venir a Estados Unidos en busca de una mejor vida, serán considerados ?criminales.? Y si la deportación de Vallejos siendo alejada de sus hijos nacidos en Estados Unidos es ?humana y coherente con nuestros valores.? Alfonso Oviedo, el abogado de inmigración que representa a Vallejos piensa que existe todavía un recurso legal. El juez no aceptó historial médico que demostró que ellos estaban en el país durante el tiempo estipulado por NACARA, porque provenían de una clínica privada y la lista de ejemplos válidos solicitados en récords son de ciudades y condados. Oviedo cree que las palabras ?no limitado a? incluidas en la ley, amplían la posibilidad de documentaciones aceptables, aunque reconoce que su reclamo a la corte de apelaciones de inmigración para reabrir el caso tiene sólo un 50-50 de oportunidades de tener éxito. Existe una gran esperanza de que el inadecuado sistema migratorio sea ajustado bajo el nuevo gobierno. Hasta ahora, es más de lo mismo. Una reforma migratoria que abra el camino hacia la legalización para inmigrantes indocumentados pudiera haber salvado de la deportación a Marisela Vallejos, y sus hijos no tendrían que estar sufriendo la pena de estar separados de su madre.