No los dejes en las nubes

Saúl Rubio

Agencia Reforma

adquirir el conocimiento y facilitar el aprendizaje no es una tarea sencilla dentro del salón de clases.

Todos los días, estudiantes de primaria y secundaria, así como sus maestros, se enfrentan a diferentes retos.

Uno de ellos es la atención, tema que puede ser afectado por diversos factores.

Según explica la psicóloga Lucero Munguía Jáuregui, éstos pueden ser tanto internos como externos; los primeros van desde el hambre, hasta la apatía, pasando por aburrimiento, estrés, ansiedad y problemas personales del alumno, mientras los segundos incluyen aulas con exceso de estímulos visuales en las paredes, ventanas sin cortinas, puertas abiertas, ruidos, ausencia de herramientas didácticas a la hora de exponer la clase, exceso de calor o frío en el ambiente, entre otros.

Lo anterior se acentúa con la tecnología, por ejemplo, los dispositivos electrónicos que permiten el acceso a un mundo de información, el uso de redes sociales y aplicaciones de entretenimiento.

“Los chicos de hoy son mucho más inquietos, debido a que en todo momento traen presente el celular o las tabletas.

“Como maestros hay que mentalizarse que todos los días pueden ser distintos. A veces los encontraremos calmados y otras no, el objetivo constante es traer ideas y ver cómo dar el tema”, comparte Gabriela Macías, prefecta de secundaria en el Colegio Victoria de Occidente.

Y es que la distracción juega un papel decisivo que termina por afectar el rendimiento, el seguimiento de órdenes o la realización de tareas.

Ante ese contexto, los docentes deben hacer uso de diferentes herramientas para captar la atención.

“Lo más importante es ganarse el interés y el interés como condición psicológica tiene que ver con la edad. El maestro busca qué le interesa a los niños pequeños, las adolescentes o los varones deportistas, etcétera, el facilitador ataca estos puntos con un material atractivo, con ejercicios más acordes a la edad de los alumnos y al área que trabaja, como la biología o las matemáticas”, señala Rocío Reyna, directora del Colegio Lomas del Valle, campus Acueducto.

“La atención es una disposición voluntaria, pero la concentración es más importante todavía.

Son momentos clave en los que el joven se conecta y está

dispuesto, pero hay un entorno favorecedor y de eso es responsable el maestro”, infiere.

Por otro lado, Munguía Jáuregui sugiere a los docentes algunas acciones dentro del salón, como sentar al alumno en primera fila, pues al estar más cerca del pizarrón y del maestro le será más fácil mantener la atención, segmentar las instrucciones en tareas cortas y precisas para facilitar la comprensión, ser conciso y establecer contacto visual con el alumno para asegurar su concentración.

Finalmente, las entrevistadas coinciden en comunicarse con los padres de familia, pues se trata de un trabajo en equipo, dinámica que debe fortalecerse cuando el déficit de atención afecte el desempeño no sólo escolar, sino otras áreas de la vida del alumno, momento en que será necesario acercarse con profesionales de la salud como el psicólogo y médico.

¿Estudiante distraído?

Entre sus características se encuentra presentar periodos cortos de atención en sus tareas, no seguir por completo las órdenes, cometer errores por descuido, dejar incompletos sus deberes, ser olvidadizo y distraerse fácilmente ante estímulos externos.

¡Captar su atención!

La psicóloga Lucero Munguía Jáuregui también sugiere a los maestros:

Utilizar materiales audiovisuales y diferentes herramientas didácticas.