Preparándose para una lucha por reforma de salud

WASHINGTON (AP) — El presidente Barack Obama y los senadores demócratas dijeron el martes estar unidos en su meta de lograr este año la aprobación de una histórica reforma al sistema de salud, si es posible con ayuda de los republicanos pero sin ella de ser necesario.

Agosto será un mes de debate sobre la reforma, la principal prioridad de política interna de Obama, y el presidente convocó a los senadores de su partido a la Casa Blanca para un almuerzo y una sesión de motivación sobre el plan de salud y otros temas pendientes.

La cámara baja se fue de vacaciones la semana pasada y los senadores lo harán esta semana. El receso, en que los legisladores regresan a sus distritos y escuchan a sus representados, podría volverse un momento clave en el disputado debate sobre la iniciativa propuesta por Obama.

Los votantes probablemente expresen sus crecientes dudas sobre el plan. Entre los temas que generan oposición visceral están un posible plan de salud pública, el creciente déficit fiscal, el impacto sobre las empresas pequeñas, el aborto y las regulaciones sobre una muerte digna.

Los partidos políticos y grupos sectoriales aportarán sus voces a la cacofonía del debate a través de millones de dólares en comerciales de televisión con distintos puntos de vista.

La Casa Blanca pretende oponerse con vigor durante el receso a esas influencias externas. El secretario de prensa Robert Gibbs dijo que cree que algunos sectores están “fabricando ese enojo” contra la reforma.

Antes de que el debate se concentre fuera de Washington, la Casa Blanca espera generar todo el impulso posible esta semana.

“Hubo una unidad absoluta”, dijo el presidente del Senado, el demócrata Harry Reid, luego de la reunión con Obama. “Se expresaron distintas ideas, pero en cada idea estaba el hecho de que entendemos que antes de fin de año vamos a tener una reforma de salud integral”.

Reid dijo que la meta es lograr una ley con apoyo bipartidista “si es humanamente posible”, dadas las “voces ruidosas y chillonas” que buscan descarrilar el proceso. Sin embargo, él y otros senadores dijeron que la reforma sucederá sea como sea.

“La preferencia es de hacerlo juntos”, dijo el presidente de la Comisión de Finanzas del Senado, Max Baucus, el principal impulsor del proyecto en la cámara alta. “Al pueblo estadounidense no le gusta el partidismo, pero al pueblo estadounidense tampoco le gustan los grupos de gente que intentan eliminar algo que se debe hacer, que se debe aprobar”.