Sean Penn al rescate de empresario en Bolivia

Por FRANK BAJAK,

Associated Press

LIMA, Perú (AP) — Todo empezó con el intento de rescatar una inversión de arrozales en Bolivia que dio paso a una pesadilla en una cárcel tercermundista y culminó con una fuga tramada con la ayuda del actor Sean Penn.

Pero por ahora, la historia de Jacob Ostreicher no tiene un final de Hollywood.

En el año que pasó desde que fue sacado de Bolivia, al estadounidense de 55 años le ha costado recuperarse de una odisea tras pasar 18 meses preso sin cargos mientras funcionarios corruptos lo extorsionaron y le robaron la inversión.

Se le arruinó el matrimonio, se quedó sin un centavo y casi se volvió loco.

“Hay días en los que no funciono”, declaró Ostreicher a la Associated Press en una serie de conversaciones telefónicas, que son sus primeras entrevistas con la prensa desde su rescate. “Es duro empezar una nueva vida”.

Ostreicher, ex dueño de un negocio de pisos en Nueva York, ahora vive solo en Los Ángeles y dice que está buscando montar un nuevo emprendimiento. Dice que no vive de la caridad y nunca lo ha hecho, pero que sí ha recibido un gran apoyo emocional de su familia, la comunidad judía y algunas de las figuras más renombradas de Hollywood. Sobre todo de Penn. A fines del 2012, Penn viajó a Bolivia para investigar el caso de Ostreicher a pedido de Mark Wahlberg.

Ostreicher, un judío ortodoxo, había despertado el interés del Aleph Institute, una fundación que ayuda a los judíos encarcelados. La organización con sede en la Florida le pidió a Wahlberg que hablase con Penn, una figura conocida por su compromiso social, su trabajo para ayudar a Haití después del terremoto de hace cinco años y su estrecha relación con varios líderes de izquierda de América Latina.

Penn se convenció de que Ostreicher había sido encarcelado injustamente a mediados del 2011 para que funcionarios corruptos pudiesen robarse una operación arrocera de 25 millones de dólares en la que él era un inversionista menor. Se lo acusó de lavado de dinero, pero nunca se presentó evidencia alguna.

Penn se mostró discreto al ser interrogado sobre su amistad con Ostreicher y sobre las razones por las que decidió ayudar. “¿Qué te puedo decir? Era un tipo simpático”.

Cuando le pidió al presidente boliviano Evo Morales que intercediese, recibió una respuesta esquiva.

Decidió entonces sacar a la luz la red de extorsión y desató un escándalo que generó el arresto de 14 funcionarios bolivianos –el número dos de la banda se declaró culpable la semana pasada–, mientras que otros presuntos implicados huyeron del país.

Penn logró que Ostreicher fuese transferido a una clínica. El hombre pesaba solo 48 kilos (107 libras) como consecuencia de una huelga de hambre para protestar su detención, durante la cual sólo se le daban líquidos. Penn aprovechó sus contactos caraqueños –era muy amigo del finado presidente Hugo Chávez– para que asignasen guardias venezolanos a su protección, temeroso de represalias por haber denunciado a la banda.

Si bien había acudido a más de 30 vistas judiciales sin los resultados esperados, Ostreicher seguía insistiendo en que quería limpiar su nombre en Bolivia.

Penn le dijo que se olvidase de eso.“Me tomó con las dos manos, me miró fijo y me dijo, ‘te voy a llevar a casa’’’, relató Ostreicher. Lo más que pudo hacer Penn, fue conseguir que fuese trasladado de una cárcel de máxima seguridad a prisión domiciliaria.

A fines del 2013, Ostreicher llegó en un vuelo comercial a Los Angeles, procedente de Lima.

En la manga del aeropuerto lo esperaba Penn. “Sean es el responsable de haberme salvado la vida”, dijo Ostreicher. “Es mucho más que un amigo”.