(Agencia Reforma)
Para resolver una duda de la escuela, comentar qué tan buena es una película o avisar desde el coche que se está atrapado en el tráfico de una avenida, hay quienes han decidido responder a la pregunta “What are you doing?” (¿Qué estás haciendo?), en Twitter.
En 140 caracteres, muchos jóvenes y no tan jóvenes utilizan ya esta herramienta para dar a conocer al mundo lo que observan, como ocurrió en el concierto de Britney Spears, al inicio de su gira en este mes, en Nueva Orleans. Con ayuda de su celular, a través de Twitter los fans difundieron en internet paso a paso lo que ocurría en el retorno de su estrella. Un estudio de la Compañía Nielsen de investigación de mercados, señaló que Twitter fue la comunidad virtual de más rápido crecimiento al aumentar en un ¡mil 382 por ciento! su número de visitantes en un año. Es decir, pasó de 475 mil visitantes en febrero de 2008 a 7 millones en el mismo mes de este año. “Twitter no compite ni con Facebook, ni Myspace, ni Hi5. Al contrario, se integra a ellos. Su ‘target’ es diferente”, explica César Salazar, experto en innovación de desarrollo de software, y director de Tikkia.com, una red para involucrados en negocios de tecnología.
Twitter fue creado en octubre del 2006 por una compañía de software en San Francisco. El objetivo original es usarlo en un teléfono celular o en una computadora con el que a través de mensajes de texto (SMS) te comuniques automáticamente con tus seguidores. ¿Aburrido? A diferencia de Facebook, en donde debes ser aceptado como “amigo”, aquí puedes ser “seguido” por alguien tan cercano como tu mejor amigo, o convertirte en “seguidor” de alguien aparentemente tan lejano como la propia Britney, Al Gore, Lance Armstrong, Ellen Degeneres o Ashton Kutcher. Por cierto, ¿quién dijo que a los famosos les molesta ser acosados? Tan sólo el Twitter de Kutcher tenía hasta ayer 471 mil seguidores, una cifra que seguramente seguirá en aumento luego de que el actor mostró una foto de su esposa, Demi Moore, de espaldas, agachada y en bikini. Twitter permite decirle a los amigos algo como “aburrido en casa, ¿alguien tiene un plan?”, para que, en cuestión de segundos, cualquiera de sus “seguidores” le envíe la propuesta de ir a una fiesta, al teatro o a un antro.
Parloteo De forma literal, Twitter significa “parlotear” o “gorjear”, por lo que al ingresar a Twitter.com, un pájaro dibujado sobre una rama da la bienvenida. Lo de parlotear es quizá un símbolo del espacio virtual de múltiples voces, en el que a cada segundo ingresan pensamientos, opiniones, consejos, propuestas, exclamaciones, lanzados al ciberespacio sin orden alguno. Todos estos tweets (así se les denomina a los mensajes en Twitter) pueden encontrarse a través de un sistema de búsqueda similar a Google. Si algún texto te llama la atención, puedes comenzar a seguir a su autor, para que en adelante recibas los tweets que él escriba. Todo con sólo dar clic en “follow” (seguir).
Pero entre tanta información, el reto de Twitter es darle valor a cada texto. Diversificación Los ataques terroristas del 2008 a edificios en Mumbai, en la India; el acuatizaje de un avión en el Río Hudson, en Nueva York; y el estallido del coche-bomba en la Universidad de Navarra, en España, fueron transmitidos por la gente que ahí estaba desde Twitter. Durante su campaña presidencial, Barack Obama colocó decenas de mensajes en Twitter para que sus simpatizantes estuvieran al pendiente de sus actividades. Su uso ha llegado a las causas humanitarias.
En febrero, la organización Charity:Water (Caridad: Agua) organizó, vía Twitter, simultáneamente en 202 ciudades del mundo, un evento para obtener recursos que permitieran llevar agua limpia a personas en extrema pobreza. Luis Antonio Lucio López, especialista en violencia escolar, afirma que el uso de medios como Twitter representa, sin embargo, un riesgo. “En la búsqueda de un espacio a nuestra vanidad, exponemos nuestra personalidad a miles de personas, estamos en el filo de una navaja, lo que nos puede llevar al peligro. Nos estamos exponiendo”. ¿Tiene beneficios? Sí. ¿Riesgos? Seguramente, también. Mientras se descubren sus alcances, “twittear” se ha convertido en lo más “cool” de estos días.
