La comunicación entre familias y maestros

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Las familias y los maestros son igualmente importantes

Algunas veces, es difícil saber cómo relacionarnos con los maestros y el director de la escuela de nuestros hijos. Es posible que tengan más educación y autoridad que nosotros, y no siempre los consideramos nuestros iguales.

Pero las familias y los maestros son igualmente importantes, y los maestros desean que las familias colaboren con ellos. Los maestros son expertos en enseñanza, pero las familias somos expertas en cuanto a nuestros propios hijos.

Independientemente de nuestro nivel de educación, los maestros necesitan nuestra ayuda para hacer bien su trabajo porque los niños aprenden mejor cuando las familias participan en su educación.

En todas las escuelas, existen tres tipos de participación familiar:

• La primera es la participación directa que tiene lugar cuando ayudamos a que nuestros hijos aprendan. Un ejemplo de ello es asegurarse de que el alumno dedique, por lo menos, 20 minutos por día a la lectura o que haga la tarea.

• La segunda es la participación que ayuda a toda la clase o a toda la escuela. Algunos ejemplos son: hacer trabajo voluntario en el salón de clase, ayudar a reunir fondos para la escuela o recomendar cambios que creemos necesarios.

• La tercera manera de contribuir al éxito de nuestros hijos es trabajar para que las escuelas mejoren. Para ello, debemos expresarnos cuando vemos necesidades insatisfechas y comunicar a los miembros del consejo escolar electo o a los legisladores del estado nuestras inquietudes con respecto a las mejoras. Los tres tipos de participación son importantes, pero lo más importante

es ayudar a nuestros propios hijos en su aprendizaje.

Conversar con los maestros sobre nuestros hijos

La mayoría de las familias nos ponemos un poco nerviosas cuando nos reunimos con los maestros de nuestros hijos. Nos preocupa que nuestro hijo no esté cumpliendo con las expectativas del maestro. Si nuestro hijo tiene dificultades en la escuela nos preocupamos que el maestro piense que es porque no somos lo suficientemente buenos padres.

Pero también los maestros se sienten nerviosos. Si a nuestros hijos no les va bien, se preocupan que nosotros les culpemos por no ser buenos maestros. Y si somos de una cultura distinta a la del maestro, podría estar preocupado porque no conoce cuáles son nuestras costumbres o expectativas.

Además, los maestros eligen su profesión porque les gusta trabajar con niños. Algunos maestros se sientan más a gusto entre los estudiantes que entre sus familias. Podemos ayudarlos a sentir más cómodos con nosotros si comprendemos que son seres humanos con temores e inseguridades como nosotros.

Algunas ideas que nos ayudarán a comunicarnos con los maestros de nuestros hijos:

• Los maestros trabajan mucho y merecen nuestro agradecimiento.

Comience una reunión con el maestro agradeciéndole por su dedicación a la enseñanza de nuestros hijos. Si nuestros hijos nos hacen buenos comentarios acerca de su maestro, le dará gusto al maestro saberlo.

• Es importante ser puntual porque los maestros tienen horarios muy estrictos.

Asimismo, el tiempo del maestro es limitado. Por eso, es buena idea preguntar al comienzo de la reunión de cuánto tiempo dispone el maestro.

• Si necesitamos un intérprete, deberíamos pedirlo antes de la reunión.

Es probable que la escuela necesite tiempo para coordinar la participación de un intérprete. Aun cuando nuestro inglés sea bueno, la ayuda de un intérprete puede ser muy útil.

Tenemos que poder comprender el 100% de lo que dice el maestro – y es necesario que el maestro comprenda el 100% de lo que decimos. Es posible que con un intérprete la reunión tome más tiempo.

No se ponga nervioso al hablar con los maestros, algunos consejos son:

• Los maestros quieren saber sobre los cambios familiares que afectan a nuestros hijos.

Por ejemplo, si en nuestra familia hay un recién nacido, un padre militar enviado al extranjero, un divorcio o un fallecimiento, es posible que el niño no pueda sobrellevar la presión de la escuela. Si el maestro de nuestro hijo conoce la situación, le podrá ofrecer apoyo especial.

• Algunas veces, los maestros y las escuelas necesitan ayuda para comprender culturas y tradiciones que no conocen. Debemos informar al maestro si tenemos costumbres o creencias o días feriados especiales que deseamos que la escuela de nuestros hijos respete y comprenda. Si el maestro de nuestro hijo hace algo que nos moleste porque va en contra de nuestra cultura, debemos comunicárselo.