Mujeres cansadas

Enrique Goldbard

Agencia Reforma

Con la adquisición, en décadas recientes, de diversas responsabilidades laborales que agregadas a las “tradicionales” tareas de atención del hogar y de la familia de las que no se ha podido del todo librar, la mujer moderna enfrenta una nueva manifestación de cansancio.

Ya no es tanto el cansancio, en el sentido de hartazgo, que experimentaba la mujer de antaño al estar relegada a las actividades “propias de su sexo”, ahora es un verdadero cansancio físico. Aún cuando nuestras madres y abuelas se quejaban de la sobrecarga de trabajo, este siempre se limitó a los confines de la morada, hoy por hoy la mujer es orillada -muchas veces por decisión propia- a un continuo “multitasking” en moto perpetuo.

Un factor determinante de esta fatiga constante es, naturalmente, la falta de sueño. Así lo considera A.Y. Chang del hospital Brigham and Women’s (Aetna Intelihealth, 06/ 2010) en los Estados Unidos y experta en salud de la mujer, para ella las razones de la dificultad para conseguir lo que se llama un sueño reparador son las siguientes:

Embarazo. Aunque la mujer del nuevo milenio controla con más eficiencia sus embarazos y por tanto este período no acontece más de 2 o 3 veces en su vida, no deja de tener vigencia en su salud y se prolonga por años en razón de los cuidados que debe proporcionar al infante.

Dolor de espalda. Se recomienda dormir sobre el lado izquierdo con una almohada entre las rodillas, esto mejora el flujo de sangre que llega al útero y disminuye la tensión sobre la espalda.

Micción frecuente. Beba mucha agua durante el día, poca en la noche.

Calambres. Practique estiramientos de piernas antes de dormir.

Agruras. Trate de no comer de 2 a 3 horas antes de dormir, evite la comida picante o condimentada, duerma sobre dos o más almohadas.

Síndrome de piernas inquietas. Este movimiento constante de las piernas interfiere con el sueño y puede estar asociado a una deficiencia de hierro, en caso de que el examen de sangre lo confirme, su médico le recomendará un suplemento.

Ronquido. La presión sobre el diafragma y la inflamación de la mucosa nasal pueden provocar esta manifestación y aunque los ronquidos habitualmente no representan más que una molestia para la persona que duerme con la embarazada, cuando se asocia con apnea (dejar de respirar) del sueño, puede representar un riesgo para la salud de madre e hijo.

Amamantar. En realidad la acción de amamantar no es tan relajada como parece porque implica una serie de situaciones que van más allá del acto mismo y que tiene que ver con la preocupación de si el bebé está tomando suficiente leche y sobre la calidad de la misma. Las horas de sueño entre cada comida del niño con suerte llegan a cinco, además se registran incomodidades como el aumento de sensibilidad en los pezones y derramamiento de leche. Se recomienda usar un sostén especial durante el sueño, extraer leche para guardarla en biberón de modo que el papá participe en algunos turnos de alimentación.

Menopausia. Las consecuencias de los cambios hormonales durante este periodo sobre el comportamiento de la mujer en forma de irritabilidad y oscilaciones bruscas de humor, pueden agravarse por la falta de sueño y la fatiga. Para disminuir los bochornos se aconseja: mantener baja la temperatura de la recámara, usar ropa de dormir de algodón y consultar con el médico para ajustar la terapia hormonal.

Trabajo nocturno. Algunas mujeres prefieren desempeñar su trabajo durante la noche de modo que puedan atender a sus hijos de día. Se pueden encontrar espacios para dormir algunas horas y podría ser posible tratar de dormir por espacios de 15 a 20 minutos a la hora del trabajo.