No culpes a los genes

Agencia Reforma

Resignarse y culpar a la herencia genética por sus enfermedades es, en muchos casos, sólo un pretexto para no hacer cambios significativos en su vida, como alimentarse sanamente y hacer ejercicio.

Es cierto que existen enfermedades hereditarias, en las que las personas no pueden evitar su aparición, explica José Sánchez Corona, director del Centro de Investigación Biomédica de Occidente (CIBO) del IMSS y doctor en genética.

A estas enfermedades se les llama mendelianas, en honor a Gregor Mendel, considerado el padre de la genética, quien sin conocer cómo era el material genético (ADN) ni saber cómo se transmitía, fue capaz de ver y poder explicar la forma en que se heredan las características de generación en generación.

Sin embargo, hay otro grupo de enfermedades donde el ambiente en que se desarrolla la persona puede favorecer o disminuir el riesgo de su aparición, a éstas se les conoce como multifactoriales.

Para que este tipo de males se desarrollen en el organismo, describe Sánchez Corona, se necesitan obligadamente dos ingredientes: la carga genética y el medio ambiente que favorezca su aparición.

“El factor de riesgo genético se hereda, y sólo si se junta ese factor de riesgo genético con un medio ambiente adecuado, es que se desarrolla la enfermedad”, explica.

En cambio, si no tienes los factores genéticos de riesgo, por más que te expongas al medio ambiente propenso para desarrollarlas, no lo harás.

Enfermedades multifactoriales, como diabetes, obesidad e hipertensión, son las que más afectan a la población, las que más muertes causan y provocan el mayor gasto en salud.

Alrededor de 67 mil personas mueren cada año en México a causa de las complicaciones de diabetes mellitus, que provoca ceguera, insuficiencia renal e infartos al miocardio; y, en algunos casos, puede causar la amputación de partes del cuerpo.

También se calcula que el 30 por ciento de los adultos padecen hipertensión y que 7 de cada 10 adultos, uno de 3 adolescentes y uno de 4 escolares están excedidos en su peso corporal.

Aunque la persona no puede borrar su carga genética, sí puede manipular el medio ambiente en que se desarrolla, y con eso evitar la aparición de alguna de estas enfermedades multifactoriales.

“¿Qué podemos hacer?, hay que cambiar el medio ambiente, ¿cómo cambiamos el medio ambiente?, a través de dos factores fundamentales: incrementar el ejercicio, no permitir ser sedentario, y cambiar los hábitos alimenticios, que no coma pasta, harinas y grasas en exceso, pueden comer de todo, pero no en exceso”, explica el doctor.

Además de la alimentación y el ejercicio, hay otros factores que favorecen la aparición de males como la hipertensión, algunos de ellos son tabaquismo, alcoholismo, la exposición a la cafeína, al té y el estrés.

Lucha contra

el cáncer

Los genes son los culpables de que una persona desarrolle cáncer, aunque no todos los tipos son hereditarios.

José Sánchez Corona, genetista y director del Centro de Investigación Biomédica de Occidente (CIBO) del IMSS, indica que algunos son hereditarios y otros multifactoriales.

Cuando una persona se expone a agentes biológicos (virus), químicos (humo del tabaco o contaminantes) o físicos (radiaciones, rayos ultravioleta) puede dañar el ADN y desarrollar un tipo de cáncer.

“Esto lleva a que desarrolle el cáncer mediante dos mecanismos: que este daño en el ADN prenda un oncogen, que normalmente tiene que estar apagado, o apague un gen llamado supresor del tumor, que normalmente tiene que estar prendido”, señala.

Todas las personas tienen oncogenes en su organismo, son genes que funcionaron de manera normal en el embrión y feto para diferenciar las células en tejidos u órganos.

“Una vez que cumplieron su función, deben apagarse, cuando se prenden entonces nos producen el cáncer”, explica.

“El que se prenda (el oncogen) depende de factores físicos, químicos o biológicos y nada tiene que ver la herencia genética”.

Existe otro grupo, como el cáncer de mama y cólon, y en algunos casos el de pulmón y piel, que son hereditarios.

“Evidentemente, en algún momento de la vida de esa generación o de esa familia, el medio ambiente influyó para que mutara ese gen, pero una vez que está la mutación, se puede heredar; no así si tenemos como ejemplo el cáncer cervicouterino por la presencia de papiloma virus, porque en ese caso lo que desencadenó el cáncer fue un factor biológico (virus)”.

En el caso del cáncer de tipo familiar se puede determinar con anterioridad quién tiene la carga genética para desarrollar la enfermedad en algún momento de su vida.