Uno, dos, tres… ¡cero frustración!

Natalia Vitela

Agencia Reforma

Para abrirse camino en la vida es fundamental aprender a tolerar la frustración, pues quienes no saben canalizar adecuadamente esta emoción son incapaces de resolver problemas.

Además, se les dificultan las relaciones interpersonales y no aceptan las figuras de autoridad, indica Andrómeda Valencia, doctora en psicología y jefa del Centro de Servicio Psicológico Doctor Guillermo Dávila, de la Facultad de Psicología de la UNAM.

También son más propensos a consumir drogas y tienen poca cultura del esfuerzo, advierte Lucía Hefferal, pedagoga de la Escuela de Pedagogía de la Universidad Panamericana.

“Si el trabajo se les dificulta, renuncian. Ante el primer problema de pareja deciden separarse”, ejemplifica.

A lo largo de la existencia, el sentimiento de frustración está presente, pues es imposible que las personas obtengan todo lo que desean, coinciden las expertas. Así que es fundamental que los papás enseñen a sus hijos a ser tolerantes a la frustración.

“Si no la formamos en los pequeños, éstos no estarán preparados para enfrentar muchas situaciones en la vida adulta”, precisa Hefferal.

En el error

De acuerdo con Hefferal, una de las causas más frecuentes por la que hay personas intolerantes a la frustración es porque muchos papás son sobreprotectores y evitan que sus hijos la pasen mal.

“Los padres que no dejan que los niños pasen malos momentos y los sobreprotegen ocasionan que no tengan contacto con experiencias frustrantes y se vuelven adultos vulnerables”, advierte.

Indica que otra razón es la existencia de papás que se la viven recompensando a sus hijos sin que estos lo merezcan y no les permiten atravesar un proceso para obtener una recompensa.

Por lo que la especialista recomienda evitar la sobreprotección, manejar correctamente las recompensas, dejar que los hijos vivan las experiencias por dolorosas que parezcan y darles retos a alcanzar.

“Cuando el hijo experimenta una experiencia negativa, lo que los papás deben hacer es estar con ellos, darles apoyo y guiarlos”, señala.

La especialista indica que a través de las experiencias las personas se autoafirman o aprenden de su debilidad. Esto les ayuda, además, a obtener seguridad.

Para Valencia es fundamental que los papás aclaren a sus hijos que es normal que sientan frustración y que es necesario que identifiquen las emociones que ésta les provoca.

“Cuando los papás invalidan la emoción de sus hijos y les dicen que no deben molestarse, que no es para tanto, lo que hacen es aumentar la frustración. Ocasionan que se se sientan poco valiosos”.

Valencia señala que los papás deben enseñar a sus hijos a trascender el enojo y la tristeza provocadas por la frustración.

“Deben enseñarles que a veces ganan, pero también a veces pierden, pero que pueden mejorar, que cada vez lo harán mejor y que tienen que saber valorar más el esfuerzo y el empeño que el propio resultado, ya sea el de ganar o el de perder”, indica.

Beneficios

Valencia indica que en la medida en que las personas son capaces de controlar sus respuestas emocionales e identificar una mejor forma de responder ante la situación tienen más posibilidades de desarrollar un pensamiento creativo.

Además, precisa, tienen mejores estrategias para solucionar problemas y aprenden no sólo a ponerse en el lugar del otro, sino también a tener la posibilidad de mejorar el tipo de respuestas que tienen con las personas.

“Es importante que las personas sean tolerantes a la frustración, pues así aprenderán a convivir mejor e identificarán sus límites y los de su entorno. Esto favorece una mejor adaptación”, concluye.