Jorge Rivera

Quien escribe esta columna recuerda cuando, hace cuatro años, comenzó a seguir en detalle la MLS, preparándose para la llegada de Sounders FC a la liga.

En aquel entonces hubo un gol nominado para el mejor de la semana: el portero de Red Bull, Danny Cepero, lanzó un balón largo “a la olla” desde su area de 18, el balón rebotó, sorprendió y colgó al portero rival, Jon Busch.

¿En serio? ¿Gol de la semana? era la pregunta; los goles en la MLS dejaban mucho que desear.

Quizás aún haya goles de carambola o por errores infantiles, puede que más que en otras ligas, pero ya no mucho más, y lo más importante, en la MLS se ven cada vez más anotaciones de calidad. Un buen ejemplo el gol de Fernández esta semana, en particular la destreza que muestra Montero tocando de primera y Zakuani devolviendo igual; malicia y talento que casi no se veían en ese entonces.

El cabezazo del flaco es perfecto, como lo fue el de Nat Borchers el miércoles en Monterrey, o el de O’Brian White hace una semana aquí, contra Chicago.

Y para terminar mencionemos el sorpresivo gol que deja a Monterrey en problemas para ganar el título de Liga de Campeones CONCACAF, que todos creíamos era suyo, siendo un equipo cuya nómina es cinco veces más que la del Real de Salt Lake.

Javier Morales mostró destreza que siempre ha tenido sin ser un argentino de primera línea mundial, pero además piernas que sorprendieron a esa altura del partido.

El fútbol es un espectáculo, por eso debe ser de calidad, y por eso han sido justas las críticas a esta liga llena de carreras sin sentido y patadas maliciosas, hace unos años.

Pero hoy, hoy se ve fútbol mucho mejor, y se ven golazos con cierta frecuencia. JRP