Trató de comprar la Presidencia de la FIFA

Associated Press

ZURICH (AP) — Mohamed bin Hammam fue proscrito de por vida del fútbol por la FIFA el sábado debido a su presunta participación en un escándalo de sobornos, en una decisión que el dirigente catarí prevé impugnar pero que lo hunde luego de ser uno de los hombres poderosos en el balompié.

Bin Hammam fue encontrado culpable por una comisión de la FIFA de sobornar a votantes para la elección por la presidencia de la federación rectora del fútbol mundial, unos meses después de contribuir para que la Copa Mundial 2022 sea disputada en su pequeño país junto al Golfo Pérsico.

El escándalo lo forzó a abandonar su campaña para sacar a Joseph Blatter de la presidencia de la FIFA, y al final terminó convirtiéndolo en el dirigente más alto que es acusado de corrupción en los 107 años de historia de la organización.

El panel de ética de la FIFA dictaminó luego de una audiencia dos días que bin Hammam, miembro del comité ejecutivo de la federación, conspiró para pagarle a dirigente caribeños sobornos de 40.000 dólares en efectivo en mayo para que lo apoyasen en las elecciones.

El presidente del panel, Petrus Damaseb, dijo que el veredicto se apegó a la política de “cero tolerancia para el comportamiento antiético”. Damaseb también pidió a la FIFA que considere abrir los casos contra otros tres miembros del comité ejecutivo que participaron con bin Hammam en una visita proselitista a Trinidad y Tobago.

El abogado de bin Hammam anunció que el dirigente sostenía su inocencia y rechazaba los señalamientos basados en lo que describió como “supuesta evidencia circunstancial”.

“Continuará peleando su caso mediante las vías legales que tiene disponibles”, dijo Eugene Gulland a reporteros.

Bin Hammam puede impugnar su proscripción de por vida ante el cuerpo de apelaciones de la FIFA y luego ante la Corte de Arbitraje Deportivo.

“Tenemos confianza en la solidez de nuestro caso e invitamos a la FIFA para que ponga a disposición de los medios de comunicación una transcripción completa de ese procedimiento legal”, dijo Gulland en un comunicado.

Bin Hammam ha dicho que el caso tuvo motivaciones políticas para detener su postulación contra Blatter, quien se reeligió sin oposición el mes pasado, tres días después de que el también presidente de la Confederación Asiática de Fútbol retiró su candidatura.

Bin Hammam no cooperó con la investigación de la FIFA ni asistió a la audiencia. El viernes escribió en su sitio web, mientras el panel de la FIFA entraba en sesión, que le esperaba un fallo de culpabilidad.

Asimismo, la FIFA suspendió por un año a dos miembros de la Unión Caribeña de Fútbol, Debbie Minguell y Jason Sylvester, debido a su participación en la distribución de los sobornos en una conferencia del 10 y 11 de mayo en Trinidad y Tobago.

Bin Hammam es el tercer miembro del comité ejecutivo de la FIFA proscrito del fútbol por violaciones éticas en los últimos nueve meses. Un cuarto, el vicepresidente de la FIFA Jack Warner, evitó el juicio del panel al renunciar de todas sus posiciones relacionadas con el fútbol el mes pasado antes de responder por los cargos de haber formado parte en el plan de sobornos.

En otra sentencia, la FIFA le hizo una advertencia a Chuck Blazer, el miembro del comité ejecutivo que ordenó la elaboración de un documento de evidencias, incluyendo declaraciones de soplones caribeños que desencadenaron el caso.

Damaseb dijo que Blazer se equivocó cuando insinuó en una reunión del 30 de mayo en Zurich que tiempo había miembros de la UCF bajo investigación en ese tiempo.

El panel de la FIFA desechó otra demanda de la UCF de que las declaraciones de Blazer tenían motivos raciales.

Damaseb descartó la sugerencia de que Warner, que también dejó sus empleos como presidente de la CONCACAF y de la UCF, le haya faltado el respeto a los procesos legales de la FIFA.

El caso se centró en la visita proselitista de bin Hammam a Trinidad y Tobago, de donde es Warner, para cabildear entre miembros de la unión. Las naciones caribeñas representan 25 de los 208 votos de la FIFA y eran consideradas fundamentales para una eventual derrota de Blatter.

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