Un “patito feo” le puso corolario a una desabrida Eurocopa

Por Eric Núñez,

Associated Press

PARIS (AP) — Cristiano Ronaldo salió lesionado prematuramente. Antoine Griezmann desperdició varias ocasiones. En una Eurocopa criticada por un fútbol insípido y cauteloso, no sorprendió que las grandes figuras no dejasen huella en la final y el jugador determinante fuera un delantero descrito como un “patito feo”. Se trató de Eder, quien salió de la banca para anotar en la prórroga el gol con el que Portugal atrapó su primer título internacional vencer el domingo 1-0 a Francia. ¿Eder? Ahora todo el mundo lo conoce. “Un patito feo se tornó bonito”, declaró el técnico portugués Fernando Santos. Pese a producir jugadores de enorme clase como Eusebio y Luis Figo, Portugal no había conseguido títulos. Con Santos al mando, los lusos renunciaron al estilo deslumbrante y se entregaron al dogma del resultado. Santos también había sido la imagen de “patito feo” ante las críticas que sus planteamientos recibían. “Si me preguntan si prefiero ser bonito y perder o ser feo y ganar, prefiero ser feo”, afirmó el técnico. Y así fue que Portugal acabó coronándose en un torneo en que solo ganó un partido en los 90 minutos, el del 2-0 a Gales en las semifinales. Los portugueses son el reflejo de opacidad de la primera Euro con 24 equipos, que deja un exiguo legado en cuanto fútbol, pero que se animó con lo pintoresco. Primero está el cántico de guerra de Islandia, la gran sensación del campeonato que produjo la mayor sorpresa al eliminar a la aristocrática Inglaterra en los octavos de final. Unos 10.000 islandeses se movilizaron por toda Francia, es decir alrededor de 3% de la población de la nación nórdica, y cautivaron con sus sincronizadas palmadas en crescendo. Otras selecciones empezaron a emularles. Otra nota destacada para las remembranzas atañe a un jugador que no disputó ni un solo minuto. ¿Cómo olvidar la pegajosa canción sobre Will Grigg, el delantero de Irlanda del Norte, que hizo vibrar más las tribunas que un partido de alto vuelo en las canchas de Francia? También se evocarán las encantadoras imágenes de los hijos de los jugadores de Gales divirtiéndose en el césped tras una victoria. Pero la práctica fue frenada de inmediato por un edicto de la UEFA, advirtiendo que el torneo no era una “fiesta familiar”. El total de goles para esta edición fue de 108 en 51 partidos, la menor producción en 20 años.