Exhibe negligencias tragedia en el ring

Adolfo González y Jesús Ballesteros

Agencia Reforma

TIJUANA, BC 21-Mar .- La trágica muerte del luchador tapatío Pedro Aguayo Ramírez, conocido como El Hijo del Perro Aguayo, evidenció la falta de protocolos médicos en la lucha libre mexicana.

Aguayo Ramírez, de 35 años, murió la madrugada de ayer en el Hospital Del Prado de esta ciudad tras sufrir una lesión durante la función estelar organizada por la empresa The Crash en el Auditorio Municipal.

El drama comenzó cerca de la medianoche del viernes, cuando el tapatío recibió una patada de Rey Mysterio Jr., tras lo cual se desvaneció y quedó de rodillas, inmóvil, recargado sobre la segunda cuerda del ring.

Pese a que El Hijo del Perro Aguayo permaneció aparentemente inconsciente, la función continuó sin la intervención de ningún médico.

De hecho, un minuto y cuatro segundos más tarde, el réferi declaró vencedores a Rey Mysterio Jr. y Xtreme Tiger y no fue hasta después –un minuto y 28 segundos luego de que Aguayo se desvaneciera– que acudió un médico a revisarlo.

En total, pasaron cuatro minutos y medio para que retiraran a Aguayo del ring, y lo hicieron en una tabla, en lugar de una camilla, y sin collarín, lo que es obligatorio tras una lesión de este tipo.

Aun así, en conferencia de prensa, el comisionado de Box, Lucha Libre y AMM de Tijuana, Juan Carlos Pelayo, declaró que no había habido negligencia médica alguna y que lo ocurrido se debió a un mero accidente.