Oculta Cuauhtémoc Blanco lado altruista

Alejandra Benítez y Edgar Contreras

Agencia Reforma

MÉXICO, DF 20-Abr .- Le gente cree en Cuauhtémoc Blanco porque es auténtico.

Sus frases, sus festejos, sus arranques de enojo y alegría los hace sin medir consecuencias, y se muere con ellos.

Cuando ya recibía un jugoso salario de parte del América, mucha gente se acercó para venderle cualquier cantidad de enseres, seguros, ropa y hasta citas a ciegas.

Una de esas tardes, un hombre sin una pierna se abrió paso entre la muchedumbre que lo esperaba para firmar autógrafos y sin decir agua va le hizo una petición: Quería que le prestara 30 mil pesos para comprarse una prótesis porque acababa de perder una pierna y no podía conseguir trabajo.

-“Ni que fuera banco”, le contestó el “Temo” y dio por terminada la charla.

Más tarde, mientras le hacían su sesión de masaje le preguntó al médico de las Águilas, cuánto costaba una prótesis. A lo que el galeno le respondió que cerca de 30 mil pesos.

Al otro día cuando volvió a ver al hombre discapacitado, se acercó y le entregó un cheque. El seguidor americanista no se lo esperaba y le aclaró que se había atrevido a hacerle tal solicitud porque sabía que era un hombre del pueblo, que conoció lo que era el hambre y las carencias, pero le prometió que en cuanto encausara su vida, le devolvería el dinero.

Un año después, el “Temo” ya había olvidado el incidente, cuando vio que un hombre con traje se le acercaba para darles las gracias. Se levantó el pantalón y orgulloso le mostró su prótesis.

“Ya tengo trabajo, y con mis primeros sueldos junté para venir a pagarte, te agradezco mucho tu apoyo, desde que te vi en la cancha supe que podía confiar en ti”, le explicó.

El goleador no lo creía, le dio un abrazo, le firmó una playera y no quiso aceptar el dinero, a pesar de que le rogó mucho. Aquel acto le devolvió la fe en muchos sentidos y sensibilizó su corazón.

El “Temo” es un hombre que gusta de hacer actos altruistas, pero no le gusta que se sepan, una ocasión vio pasar unas monjas y les atiborró un fajo de billetes, para que sus “huerfanitos” tuvieran para comer y vestirse, al menos por unos meses.

Nunca dice que no a la gente que le pide ayuda para visitar a niños enfermos, y con su familia tampoco cierra la cartera, cuando se trata de darles el espaldarazo para que continúen sus estudios, en eso no escatima.

Su madre y sus amigos cercanos esperan que la política no vaya a jugarle una mala pasada, que se arrepienta y se lleve una desilusión, incluso temen que pudieran meterlo en algún lío de dinero o que lo acusen de gastarse los recursos en otras cosas ajenas al bienestar de la gente.

“Se lo encomiendo a Dios todos los días y a San Judas Tadeo del que somos devotos”, afirmo Hortensia Bravo, quien espera que algún día su hijo pueda caminar por la calle, como cualquier persona, gozando de los placeres de comer en un tianguis, y que incluso logre subirse al metro o a un colectivo sin que nadie tenga que reprocharle nada.

Antes de incursionar en la política, quería ser técnico, de hecho tiene un equipo en Tercera División y un centro de Formación, deseaba empujar la carrera de algún joven con talento para que siguiera sus pasos, se veía dándole más tiempo a sus hijos Cuauhtémoc Jr. y Barbara, incluso ya le había dado anillo de compromiso a su novia Natalia, 12 años menor que él, una chica alejada de la farándula.

Sin embargo, todo esto tendrá que esperar un tiempo más, porque ahora viene otra faceta en su vida, algo que ni siquiera él mismo sabe hasta dónde llegará.

Frase

“Le dije a los cabrones (de mis compañeros) que me disfrutaran, que ya se les acabó. Mañana (hoy) es mi último partido, una Final. El primer lugar es el que vale, es el que cuenta”

Cuauhtémoc Blanco

Delantero del Puebla